Dosificar puede ser la clave.
A pesar de seguir con actividad y poder con ella, el fin de semana noto el cansancio. Debo tener cuidado con las comidas puesto que a veces se me olvida que mi cuerpo está notando ya los cambios.
Hace unas semanas, después del trabajo nos acercamos a la óptica a recoger las gafas de Laura. De camino nos topamos con una pastelería que tienen unas palmeras que quitan el sentido y a Laura le apeteció una y como la tentación tiene las patas muy cortas pues yo me zampé otra. A la media hora me di cuenta de mi error y mi cuerpo se reveló.
- Nota mental: ya no debo comer ningún pastel o bollo industrial -
Siempre me resultó difícil hacer dieta pero he de reconocer que mis cambios en la alimentación me están haciendo mucho bien y me cuesta poco seguir mi nueva rutina, a pesar de tener alguna que otra tentación y sucumbir a ella muy de tarde en tarde.
El cansancio apareció de nuevo y esa misma semana, a la hora del entrenamiento, a pesar de empezar con buen ritmo al andar, tuvimos que acortar el trayecto. Después de ejercicios de brazos, piernas y estiramientos no terminé mal pero algo más cansada que otros días. La semana deparó con actividad constante y culminó con la graduación de Laura que me animó muchísimo. Al final de esta semana llegué con un gran cansancio y volví a tener los dolores en piernas y dolor de cabeza además del cansancio tanto físico como mental. Lo achaqué a que me faltaba una semana para que me apareciera el periodo y siempre me encuentro peor, no iba mal encaminada puesto que sigo sin que de señales de vida (y no, no estoy embarazada) y sigo con problemas. El último entrenamiento resultó muy gratificante, andamos con mucho más ritmo y además conseguí hacer hasta tres series de un minuto "a toda pastilla" con un breve parón para hacer una serie de 10 movimientos de fuerza en brazos, llegué a casa exhausta después del esfuerzo pero sin tener agujetas al día siguiente ;-)
También noto las tres semanas que llevo sin ir a mi sesión de acupuntura y masajes.
Empiezo a ser consciente de que debo tomar con calma todo, a pesar de saberlo me dejo llevar por la euforia y se me olvida dosificar, una lección que aún no he aprendido.
Empecé a reducir la medicación, esta semana empecé con la mitad de la mitad, o sea un cuarto, y acabo con el tratamiento de una pastilla que llevo tomando creo que ya hace unos tres años. Espero que vaya bien y que la próxima visita médica sea para contarle que fue bien y empiece a quitar otra.
Poco a poco, con mucha paciencia y buena letra sé que hay que hacer los cambios, de ese modo me llevaran a mejor puerto.
Ni es nada fácil, ni yo soy una súper mujer pero con constancia, fuerza de voluntad y sabiendo levantarme de nuevo cuando mi cuerpo ceda, podré conseguir tener una calidad de vida mejor.
Tiempo al tiempo.
Mar.
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