Durante el día, por muy bueno que este sea, no puedo evitar soltar una variedad de onomatopeyas e improperios que se relacionan con mis dolencias diarias. No soy consciente cuando las digo, es como un resorte que salta al contacto, como ir al fútbol y soltar un ¡Vamos! para animar O ¡Uuuuyyy! en una jugada que casi acaba en gol, o como un grito cuando te asustan y no te lo esperas. Si fuera consciente de que los digo probablemente no diría nada y si fuera fácil aguantarse, con tal de no escuchar que te digan "quejica", aguantaría sin dudar. El caso es, que desde la mañana a la noche suelto un montón de "ufs", "uys y ays" y hasta algunas veces improperios como "la madre que..." o "me... en". De mañana temprano, nada más despertarme suelto el primer "uf" que normalmente va ligado a la poca movilidad o porque me cuesta hacer un movimiento. El primer "uy, ay" es al levantarme de la cama, este sonido sale de mi boca cada...
Hay palabras que se quedan en el olvido, que solo asoman al borde de los labios, susurrando al oído cosas que yo como enfermo quiero creer, quiero que sean reales puesto que necesito aferrarme a una esperanza para sobrevivir. Hay días que entiendes que esas palabras son simplemente eso, palabras, palabras vanas, palabras vacías y sin ninguna intención de terminar en hechos. Esas palabras que nacen para dar esperanza y mueren en la misma orilla, sin darle tan si quiera una oportunidad. Solo deseo que tanta palabra dada y de momento no cumplida, cambie y terminen siendo escuchadas, deseo que cese tanta injusticia y se atiendan las reivindicaciones. Se presentaba una mañana preciosa, soleada, con mucha esperanza e ilusión. Mucha energía acumulada para desgastar en una sola voz, muchos proyectos que se encaminan para forjarnos un futuro mejor. Y empiezas por pisar la plaza, es 9 de mayo y la convocatoria se había cambiado del 12 a hoy por aquello de que se pudiera asistir. Y empieza a...
Nunca tuve voluntad, empecé mil cosas, mil cosas abandoné. Demasiado para llevar a cuestas sin tener una pizca de confianza en mi misma. Esa confianza que voy ganando poco a poco gracias a mi cambio de actitud, a ver las cosas desde otra perspectiva más positiva. Sin duda la confianza me está dando pie a ser más constante, más fuerte y en consecuencia ganar esa voluntad que nunca tuve. En estos días en que hago un cambio importante en mi vida, cambio con vistas a cuidar más de mi, mi salud tanto física como mental, me sorprendo a mi misma con actitudes que jamás pensé que serían posibles. Por eso me doy cuenta de que todos somos capaces de cambiar, de ser mejores con nosotros mismos, de querernos. Hace nada puse un tuit, de esos que lees en muchas ocasiones y gustan pero nunca me vi poniéndolo yo. ¿Por qué? Os preguntareis. Simple, nunca creí en mis posibilidades. Si lo leía me parecía estupendo pero si lo ponía yo me parecía egocéntrico. Hoy veo que desde mi creencia en mi misma y sie...
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